martes, septiembre 13, 2005

Alexander Cortazar

Surgió en 1987 con el equipo de la Escuela Carlos Samiento Lora patrocinado por el Deportivo Cali que participó representando a Colombia en un mundialito infantil en Caracas. Al ver su talento, muchos creyeron que se trataba de un talento superlativo. No tardaron (oh extraña costumbre) en salar con el mote de "el maradonita" colombiano a este niño de escasos 13 años. Terminado el campeonato, Alexander viajó a Italia a probarse, no con el Ascoli, ni con el Lecce, no, con el Napoles para cerrar así con broche de oro la salada. El viaje de Cortazar fue reseñado junto con el del Pitufo De Avila y el del ciclista Fabio Parra por la revista Semana en un artículo sobre los deportistas colombianos que emigraban al exterior. Durante unos meses el país entero centró su atención en este joven prospecto vallecaucano creyendo que nos encontrabamos ante un fenómeno de la talla de Garrincha, Pelé o Maradona. La euforia, como siempre, duró poco. Alexander viajó y, como siempre, fue rápidamente olvidado. De él poco se volvió a saber. Se sabe que no prosperó su incursión por la bota itálica y que regresó a un país que pronto se olvió de su "maradonita". Poco se volvió a saber de él años más tarde cuando ya no era un niño, ni mucho menos un "maradona". Algunos dicen que estuvo unos meses en Millonarios en busca de una oportunidad que le fue negada. Otros lo vieron deambular por los equipos del Valle del Cauca. En lo único en que coinciden las versiones es en que llevaba una vieja revista Semana bajo el brazo.