viernes, septiembre 23, 2005

Dorian Zuluaga

Hoy la vida le dio un porvenir mejor, producto de los ahorros que supo hacer en el fútbol y tiene un par de locales en Sanandresito, uno de los lugares de comercio más grandes de Bogotá.

Sin embargo el oriundo de Santa Rosa de Cabal siempre fue un atrasado en temas de fútbol. Por su facha pudo haber sido el doble de William Katt en las escenas de peligro de la serie Superhéroe Americano, pero prefirió ponerse la camiseta número 10, esa que habla de cracks y genios incontrolables dentro de un campo de fútbol.

Pero melancólico, con las medias abajo, al igual que su fervor, fue un oscuro volante que militó en el Deportivo Pereira e Independiente Santa Fe, sin trascender demasiado. Solamente su pinta (que por el 10 y por la melena encrespada y mona hace recordar a uno de los tantos falsos imitadores de Carlos Valderrama) hizo que su imagen trascendiera por los siglos de los siglos.

Hoy comparte con Dorian Gray, tocayo de marras, esa extraña capacidad de no envejecer.
Colaboración de ustedes-no-existen.