Enrique Simón Esterilla

Protagonizó una de las más extrañas historias del famoso equipo de América que perdió tres finales de Copa Libertadores de manera consecutiva: En el tercer partido de la final contra Peñarol, el médico Gabriel Ochoa Uribe lo envió en los últimos minutos de juego a defender y luego a jugar como centrodelantero para aprovechar su altura en el cabezazo. Esa misma estrategia fue utilizada varias veces por Norberto Peluffo con Belmer Aguilar cuando lo dirigió en Bucaramanga, Junior y Millonarios.
En uno de esos ataques, Esterilla no pudo regresar y Peñarol armó el contragolpe ideal, que concluyó con el mítico gol de Diego Aguirre que le dio la copa a los uruguayos cuando faltaban pocos segundos para el final del encuentro.
Esterilla también estuvo en Cali, Sporting, Bucaramanga y Pereira.
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